Calendario de poda de árboles frutales

Como un ejemplo, dejamos el próximo calendario de poda de frutales para especies específicas:

  • Aguacate: noviembre
  • Albaricoque: febrero, junio o julio
  • Almendro: febrero, junio o julio
  • Avellano: enero
  • Encina, roble o alcornoque: enero
  • Cerezo: febrero, junio o julio
  • Ciruelo: febrero, junio o julio
  • Higuera: octubre
  • Limonero: marzo, abril o mayo
  • Manzano: diciembre o enero
  • Membrillo: Agosto
  • Níspero: Septiembre
  • Olivo: Enero o Febrero
  • Peral: Julio

Poda de árboles frutales en invierno

Contenidos

  • Poda de árboles frutales en invierno rno (tixag b_14)
  • Cuándo podar árboles frutales en la región 7
  • Diagrama de poda de ciruelas
  • De qué forma podar árboles frutales para sostenerlos pequeños

Poda según el género de hoja

  • Hoja Caducifolia: Tienen una parada vegetativa a lo largo del invierno donde pierden todas y cada una de las hojas. Ahí es en el momento en que hay que podarlos. Conque van a estar robustos en primavera.
  • Perennifolias: No pierden las hojas pero si tienen un parón vegetativo en invierno. Debemos podarlos antes que comiencen a brotar los nuevos brotes.

Marzo y abril

La primavera asimismo es buen instante para podar setos. Marzo es el más destacable instante para podar aquellas plantas que no pudiste podar en el mes de febrero, más que nada en las ubicaciones donde hace mucho más frío. Asimismo aconsejamos podar plantas de hoja caduca en áreas frescas y plantas de hoja perenne en áreas cálidas.

Siguiendo el calendario de podas, Abril es el mes de reposo.

Es la temporada de la eclosión vernal y no es requisito ni favorable podar, pero siempre y en todo momento hay salvedades. Ciertos setos o árboles frutales se tienen la posibilidad de podar en pleno desarrollo vernal, si han alcanzado la altura deseada.

Poda de limpieza de árboles frutales

La poda de limpieza se efectúa desde el primer año hasta el último, descartando hijuelos y ramas secas. Como comentaba, esto debería realizar toda la carrera de la planta. Aquí debemos cuidar a remover las ubicaciones fallecidas, secas, esas zonas que semejan enfermas, cruces de ramas que podrían evitar la entrada de luz y aireación, ciertos retoños.

En la poda de fructificación, la actividad está apuntada a esos ejemplares que han alcanzado una madurez alta, no obstante, por el momento no dan frutos. Esto sucede cerca del año 3 y el año 4 de la vida del árbol desde el momento en que fue plantado. Aquí hay que tomar en consideración distinguir qué es el frutal de hueso y qué es el de pepita puesto que esto implicará otras técnicas de poda.

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